Donde están los vientos que soplaron
sobre los caminos de la infancia
y aquellas gaviotas que volaron
formando palabras con sus alas
la espuma y la mar que me enseñaron
cartas que escribiera la alborada
Aprendí que el sol muere de amor por la luna
pero que jamás se van a poder juntar
Aprendí a llorar callado
y a soñar que tengo el mar
Mi guitarra es pañuelo de mi soledad
Mi inocencia se quedo enterrada
atada en la voz de una cigarra
y en un tren vencí la lejanía
mas sus rieles eran de agonía
y me fui bebiendo los silencios
que en cada dolor nos da la vida
Aprendí que el sol...
Luego hallé una rosa en el camino
despintada y medio destrozada
la lavé en las aguas de algún rió
y lucia mejor ya renovada
y al andar clavó en mi mano espinas
que tenia bien disimuladas
Aprendí que el sol...
*Walter Salvador Bautista, trovador salvadoreño a quien conocí en 1978, en Quetzaltenango, días antes de asistir al XI Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes de Cuba. Nos vimos un par de veces para compartir algunas canciones. me pidió que cantara este en aquel Festival. Iba buscando suerte hacia el Norte, me dijo. Tenia dieciocho años y un hijo, yo doce. desde entonces no volví a saber nada de él. Vuele esta versión a su memoria.
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